LA COLUMNA DE Horacio Walsh 

DUDAS

¿La curva tiempo-espacio existe? ¿hay mas de una dimensión simultánea? cuantas civilizaciones extraterrestres existirán? ¿porque los gusanos no se resfrían? es verdad que la luna no existe y es un gran reflector acarreado por helicópteros que tiene una gran cámara en su centro que vigila a los ciudadanos? Trump usa peluca? Putin, es hincha de Laferrere? es verdad que la reina de inglaterra era amiga de Cleopatra? (sí, puse reina de inglaterra en minúsculas), es verdad que Grondona es el padre de Lizzy Tagliani? Porque hay un pelo de la nariz que me crece el doble que los demás? Estoy inundado de preguntas... o de encierro, no se...


PRESENTE

Felicito a Edmundo Fuster por sus notas en la página, con quien parece que tenemos mucho en común: gustos o hobbies, sentimientos, preocupaciones y ocupaciones, incluso música ya que citó parte de la letra de la canción “Presente” de Vox Dei, que era mi grupo de rock favorito de adolescente. Bueno seré sincero también era fana de Pappo (vecino mío de La Paternal), de Manal, de La Pesada del Rock & roll…pero primero estaba Vox Dei. 

La verdad es una nota expresada a nivel de editorial.

Y quiero dejar plasmado un tema más.

He sido ejecutivo en grandes empresas y creía, que por suerte tenia las mejores coberturas médicas, hasta que recibí de la vida laboral, un cachetazo inesperado que me dejó en la calle. No tendría ya más la atención de quien creí era la mejor profesional de Osde. Obvio que, con 61 años, no pude conseguir trabajo, aun teniendo un importante CV. No puedo explicarte el sufrimiento, el dolor y la desesperanza que me inundó.

Llego entonces un momento en que pensé: y bue…deberé “caer” en la atención pública debido a mi enfermedad. Un conocido me dijo: ¿Por qué no probás atenderte en el Cesac 22? Y eso hice.

Muchos médicos me atendieron en mi “carrera” de diabético, pero en el Cesac me tope con uno que rompió todos los moldes que mi experiencia había delineado. En la primera entrevista, me hizo algunas preguntas y lo próximo que dijo fue: “a ver, vamos a ver esos pies”.

Primer golpe en la cara. Con solo eso ya empezó a resquebrajar los moldes preexistentes en mi cerebro. 
Segunda piña en la nariz: me invitó a participar en unos talleres acerca de la diabetes. En las “grandes” obras sociales JAMÁS me dieron un mísero panfleto, hablando de mi enfermedad.

Tercer piña en la boca del estómago: aprendí con él en unos pocos meses lo que no me enseñaron ninguno de los médicos de las obras sociales de “primer nivel”que me atendieron durante 8 años.

Y terminó por destruir todos mis preconceptos acerca de los médicos, demostrando un enoooorme empatía con sus pacientes. No descansa, trabaja sin cesar, da todo y un poco más, atiende a todos de la misma manera.
Así que reitero lo que ya varias dije acerca del dr Boggiano: es un tipo y un médico excepcional, que lucha fervientemente por un mejor sistema de salud. 

Fuera de cualquier idea que uno tenga de la gente que profesa la medicina, porque hoy en día no es como en la época de mi abuela, que la palabra del “DOTOR” era santa. Hoy les discuten cualquier cosa y hasta los denuncian por cualquier cosa.
Hoy los médicos sufren de maltrato hasta acoso. 

Lo cual hace que tenga mucho más valor lo que todos sus pacientes sentimos por él.

Cuando me diagnosticaron diabetes, lo tome filosóficamente, considerando que era una especie de bendición, porque de ahora en más empezaría a comer más sano, a hacer ejercicios y a pensar un poco más en mi cuerpo que en el trabajo.
Cuando el mundo se me vino abajo de golpe, encontré otra bendición, cuando fui al cesac 22 y conocí a Horacio.

DOCTOR HORACIO BOGGIANO: ¡MUCHISIMAS GRACIAS POR SER ASÍ!

 Letra de Presente:

Todo concluye al fin, nada puede escapar
Todo tiene un final, todo termina
Tengo que comprender, no es eterna la vida
El llanto en la risa, allí termina
Creía que el amor no tenía medida
Oh, dejas de querer, tal vez, otra mujer
Y olvidé aquello que una vez pensaba
Que nunca acabaría, nunca acabaría
Pero, sin embargo, terminó
Todo me demuestra que al final de cuentas
Termino cada día, empiezo cada día
Creyendo en mañana, fracaso hoy
No puedo yo entender si es así la verdad
¿De qué vale ganar si después perderé?
Inútil es pelear, no puedo detenerlo
Lo que hoy empecé no será eterno.



CHAU, HASTA  NUNCA


Vení, acercáte un poco y escúchame. Es importante.

Mi esposa sabe que estás coqueteando para conquistarme.

Y yo…ya estoy viejo para estar preocupándome, para ponerme nervioso por mi esposa, por mi y por tus continuos embates. Ya no quiero que sigas con esto más. Basta! Ya te podés ir…

No quiero sentirte ni un minuto más respirándome al oído, estando siempre junto a mi vaya a donde vaya. 

Siento tu olor a seducción cuando me estas acechando y te vas acercando despacio, en completo silencio e intentas rodearme, poseerme. Percibo tus locas ansias de hacerme tuyo, y la verdad, te digo que a veces me provoca como una sensación de picor y ardor intenso y doloroso parecido a la que produce una quemadura. Sí, me haces arder cuando estás cerca. Me perturba reconocer que por momentos, pierdo la noción de mi cordura. Y las emociones que me generas, anulan la mesura, el juicio de un hombre, que siempre se creyó muy apto en sus cabales y creencias.

Todavía me parece ver tu sonrisa pícara cuando quisiste llevarme al cuarto, sugiriendo que ignorara a mi esposa, puedo sentir tu calor pretendiendo envolverme, sintiendo tu respiración agitada recorriendo mi cuerpo, provocándome.

Pero, soporté tus avances y te rechacé, como vuelvo a hacerlo ahora: ¡ándate y no vuelvas nuca más! No tenés cabida en mi cerebro, ni la más mínima. Queres a cualquiera, no te importa absolutamente nada, ni sexo, ni edad, ni condición, ya me di cuenta.

Precisamente por eso te voy a ignorar con toda mi fuerza, mi alma, mi convicción, jamás lograras tan solo hacer que te preste atención, FUISTE, olvídate de mi maldita cuarentena, voy a seguir cuidándome y siendo feliz con quienes amo. No me vas a hacer caer en la angustia, la depresión y los nervios constantes. Voy a vivir mi vida feliz y en las condiciones que me toquen.

CHAU, HASTA NUNCA.







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